El silo se constituyó en la base de los sistemas lecheros de Argentina. Tanto en sistemas base pastoril como en híbridos y confinados, la alimentación de vacas se basa en estas reservas, con eje en maíz o sorgo. Qué panorama hay para proyectar el negocio. La mirada de la Caprolecoba
En su habitual informe mensual la Cámara de Productores Lecheros del oeste de Buenos Aires destaca que en septiembre, todo se complica cada vez más y entra a jugarse la campaña 2022/23.
Argumenta la entidad que se trata de “una película que ya vimos: en el primer semestre el precio de la leche acompaña con ventaja a la inflación y le gana a un dólar atrasado. Pero en el segundo pierde terreno frente a ambos y complica a los tambos, según la disponibilidad de pasto y reservas con la que hayan llegado”. Para el corto plazo, el reporte enfatiza: “resulta que este año llegamos con sequía, base forrajera disminuida, reservas consumidas, los maíces sin sembrar, un pronóstico de “Niña” hasta fin de año y para colmo: un “dólar soja” por la cabeza”.
Fuente: https://www.todolecheria.com.ar/