Diversas producciones deberán afrontar fuertes incrementos en los costos debido a la quita de subsidios dispuesta por el Gobierno.
Debido a su carácter intensivo, una gran parte de las economías regionales argentinas son dependientes del riego, cuya importancia crece en épocas de sequía como la que se está atravesando en gran parte del país.
El riego requiere el uso de la electricidad, por lo que desde Coninagro temen que el aumento de tarifas por la quita de subsidios “genere un impacto significativo en la estructura de costos del productor primario”.
La entidad pone como ejemplo a un productor de vid, cuya factura de electricidad se incrementará al menos 118% respecto a la temporada anterior, y se multiplica por 3 si se lo compara con la temporada 2020/21, de acuerdo a datos del Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Mendoza (ACOVI).
En el caso de un pequeño productor de 10 hectáreas, el costo de le energía eléctrica para la temporada de riego, que va de agosto a marzo, la factura sería de al menos $195.797, contra $89.825 en la temporada pasada y $62.023 en la temporada anterior.
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