La organización que se dedica a «salvar, rehabilitar y entregar a familias a caballos rescatados de situaciones de riesgo» cerró temporalmente sus tranqueras por incapacidad de solventar los gastos. Cómo es su trabajo y de qué manera ayudar
La ONG Liberación de Caballos de Rosario, donde voluntarios se dedican a recibir a equinos víctimas de maltrato y abandono, se vio forzada a cerrar sus tranqueras y suspender temporalmente el ingreso de nuevos animales como consecuencia de la complicada situación financiera que están atravesando.
Inés Esposito, presidenta de la ONG rosarina, compartió detalles sobre la situación y sobre el trabajo que llevan adelante desde la organización dedicada al cuidado y rehabilitación física y emocional de caballos víctimas de maltrato, que en la gran mayoría de los casos son rescatados mediante la intervención de la Justicia.
«Lo que necesitamos es ayuda económica para sustentar fundamentalmente los gastos de alimentación y veterinaria, que es el número más grueso», contó la mujer en diálogo con El Contestador (Radio 2). Actualmente, la ONG asiste a «103 caballos internados», que en su mayoría eran usados para tracción a sangre, pero que también provienen de «otras situaciones de maltrato».
El trabajo de Liberación de Caballos
La ubicación del predio en el que se recibe y cuida a los caballos se mantiene reservada para la seguridad de los animales y del propio personal. Esto se debe a que, en muchos casos, los animales rescatados eran retenidos en pésimas condiciones por personas que los utilizaban en cinchadas, y que en diferentes ocasiones fueron hasta el lugar para robarlos y llegaron a matarlos.
Para ayudar con la labor de la ONG, Inés señaló que «la mejor forma es acompañar el proceso de recuperación a través del sistema de madrinas o padrinos», que funciona «a través de una cuota mensual de 1.500 pesos» que se le abona a la organización para que pueda cubrir los gastos. Los socios de Liberación de Caballos son invitados a conocer el predio y participar en los diferentes eventos o incluso como voluntarios.
Cuando un caballo llega hasta la organización, «ingresa bajo un procedimiento policial que realizan desde la sección ecológica de la Policía Comunitaria», y las condiciones en las que arriban los animales son «deplorables». Esposito describió que han recibido a caballos «lastimados, pesando 200 kilos menos de lo que deberían», y también a yeguas preñadas.
Fuente: https://www.rosario3.com/
