Con foco en la producción lechera, CLAAS Argentina llevó a cabo una nueva jornada Experiencia Forrajera enteramente grabada a campo. Un encuentro para tomar nota.
Las nuevas tendencias en el negocio lechero lo cambian todo. Según datos de INTA y OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea Argentina), hoy, el 5% de los tambos produce el 28% de la producción. “El incremento en el tamaño de los establecimientos viene de la mano de la incorporación de tecnologías que mejoren la eficiencia en el uso de los recursos. En este escenario, los silajes de maíz, sorgo, alfalfa y cereales de invierno constituyen una herramienta fundamental en la alimentación de las vacas lecheras”, introdujo Eduardo Gross, vicepresidente de CLAAS Argentina, al comienzo de la jornada Experiencia Forrajera que CLAAS llevó a cabo días atrás desde el Establecimiento Carmen, de Adecoagro, en Christophersen, Santa Fe.
La jornada, que se trasmitió en forma virtual pero fue grabada a campo, contó con más 325 inscriptos y abordó cuatro módulos temáticos que guiaron a los asistentes por distintas experiencias orientadas a lograr eficiencia más allá del modelo productivo.
“Contar con reservas de calidad durante todo el año marca la diferencia en el negocio”, dijo Gross y citó que según la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros, la superficie nacional ensilada fue de 2.126.000 hectáreas durante la campaña 2021, el 43% de esa superficie fue destinado a la lechería. En este marco, las tecnologías de CLAAS tienen un protagonismo absoluto.
El asesor privado José Jáuregui dio cátedra sobre reservas de alfalfa de calidad. Primero, una buena siembra: elegir alfalfas de alta producción y con buena sanidad. “La calidad de la hoja va a definir la calidad de la reserva”. Luego, mirar la proporción tallo-hoja: “Es mejor tener plantas con tallo fino”. En nutrición: “hay que conocer cuánto es el nitrógeno que efectivamente fija la planta en el suelo. La falta de este elemento puede impactar en la calidad. El fósforo, el magnesio, el molibdeno, el calcio, el azufre, son elementos importantes”. Por último: el momento en que se confecciona la reserva: “El heno es el preferido en tambos medianos y pequeños porque es más factible conseguir una máquina enrolladora. La desventaja es que en condiciones de mayor humedad y menos radiación solar se puede perder calidad. En el caso del ensilado se puede realizar más cantidad de superficie pero se necesitan las máquinas. Se trata de métodos que aseguran calidad pero necesitan de una buena inoculación para acelerar el proceso de baja del pH”, detalló.