Se trata de una de las principales problemáticas sanitarias que afectan a esta legumbre. Desde 2018, está presente en las zonas productoras de garbanzo de la Argentina y, junto con otros factores, causó pérdidas de hasta el 40 % en las áreas de siembra.
El síndrome de amarillamiento del garbanzo (SAG) es una anomalía del cultivo del garbanzo que se caracteriza por la presencia de clorosis, disminución en el crecimiento de la planta y, en los casos más severos, pérdidas en el stand de plantas. Desde 2018 a la actualidad, se registró una fuerte disminución del área sembrada con garbanzo en la Argentina. Si bien esta situación se debe a diferentes causas, los problemas sanitarios como el SAG, juegan un papel muy importante.
Se trata de una problemática multicausal e involucra factores tanto bióticos – hongos, virus e insectos- como abióticos. Silvina Pastor –investigadora del Instituto de Patología Vegetal (IPAVE) del INTA – afirmó que “de los agentes bióticos, el hongo de suelo, principalmente el género fusarium sp., es el detectado con mayor frecuencia para esta sintomatología, sin embargo, también están presentes otros géneros de hongos como rhizoctonia sp. y macrophomina sp. En algunas campañas, como la de 2019, se observó también una importante presencia de la mosca barrenadora de la soja (melanagromyza sojae) afectando al cultivo”.
“Con relación a los virus, se ha identificado la presencia de virus fitopatógenos como bean leaf roll virus (BLRV), soybean dwarf virus (SbDV), alfalfa mosaic virus (AMV) y cucumber mosaic virus (CMV) en plantas con SAG”, agregó Patricia Rodriguez Pardina –investigadora del IPAVE – INTA –.
Fuente: bcrnews.com.ar