Se expande la deficiencia de potasio en los suelos y puede limitar los rendimientos de los cultivos en varias zonas del territorio
Hace 30 años, en las facultades de agronomía se enseñaba a los alumnos que “en la Argentina no hay problemas con el contenido de potasio de los suelos; estamos muy bien provistos”. Pasó el tiempo, se desarrollaron muchos años de agricultura sin la debida reposición de nutrientes y la realidad cambió: hoy hay deficiencias de este elemento, según se observó en ensayos y mediciones realizadas por Fertilizar Asociación Civil, que fueron presentadas en una reciente reunión en la sede de la entidad.
De la misma forma que el nitrógeno y el fósforo, el potasio es un macronutriente requerido en grandes cantidades por las plantas, debido a sus funciones en la respiración y en la activación de enzimas, y por su capacidad para mantener el equilibrio osmótico.
Los suelos de muchas partes del mundo exhiben deficiencias, una realidad que no era visible en el país durante muchos años, pero que empieza a modificarse. El fenómeno puede apreciarse en los mapas presentados por Fernando García en la reunión, que compara la situación en 2011 versus 2018.
Se advierte que hace 11 años las deficiencias eran visibles principalmente en la provincia de Entre Ríos, por una condición propia de los suelos de esa región. Sin embargo, en 2018 se extendió hasta el norte, oeste y sur de Buenos Aires y sur de Santa Fe y de Córdoba, al tiempo que se acentuaron los bajos niveles en Entre Ríos. En esta provincia hubo una tasa de caída de potasio importante: 17 partes por millón por año, según reveló García.
Las causas de este comportamiento son varias y se asocian a la degradación de suelos por erosión, a la exportación del elemento por la agricultura y a la monocultura de soja, en virtud de que la oleaginosa se lleva el doble de potasio que el maíz en cada cosecha.